Medio Natural - Vícar

Medio natural

Medio Natural

El término municipal de Vícar incluye parte en las estribaciones meridionales de la Sierra de Gádor y parte de la planicie del llamado Poniente Almeriense y por ello presenta unos fuertes desniveles, con formaciones montañosas al norte del término, surcados por cauces secos (ramblas) que dan lugar a valles escarpados de mucha pendiente y poca anchura con la excepción del que conforma la rambla de Vícar y que acoge la zona urbana y agrícola del llamado Casco Viejo.

En cuanto a grandes hábitats potenciales encontraríamos principalmente: la zona de montaña, la planicie conocida como “el campo”, y los cursos de las ramblas. De estos tres hábitats principales, tan solo porciones del primero están en un estado relativamente bajo de antropización, el resto presentan alto grado de antropización.

En general podemos señalar el avanzado estado de antropización de los espacios naturales y los procesos de deterioro a los que se ven sometidos gran parte de ellos, lo cual reclama una correcta gestión ambiental de los mismos. Dentro de las áreas de montaña cabría destacar las pocas zonas de umbría que pueden alojar una vegetación más frondosa y húmeda. Por ello, requieren una especial atención.

A continuación se incluyen las Áreas de Interés Natural:

Área de montaña.

Esta área se distingue en dos zonas:

La Zona Norte que rodea el núcleo urbano de Vícar. Esta zona cuenta con elementos singulares como la loma del cuerno de toro, que se caracteriza por una marcada forma piramidal fruto de la acción volcánica de la zona y en la misma latitud pero más hacia el este,

la Loma de la Encarada que da acceso al valle de Vícar y continua como barrera natural hacia el este a lo largo de unos kilómetros. El interés de esta loma radica en su formación geológica, la abundancia de cuevas creadas por la acción de la erosión marina y las evidencias de restos fósiles marinos que se encuentran por sus laderas.

La formación que cierra el valle de Vícar por su ladera norocciental presenta elementos de interés por albergar algunos manantiales y restos de cortijos que dan fe del origen de la actividad humana en esta zona.

La Zona Noroeste, linda con los municipios de Felix y Dalías y compone una especie de apéndice unido al cuerpo general que forma el grueso del término municipal. En esta zona se encuentra uno de los elementos más característicos de Vícar, El Barranco de Carcauz y cuenta afloramientos de agua que dan lugar a un curso de agua corriente que atraviesa la montaña por un canal abierto que es un aporte de humedad capaz de revitalizar la vegetación en algunos barrancos y zonas umbrías.

El propio apéndice ocupa unas 800 Ha de monte abrupto marcado por una actividad volcánica que ha dejado muestras de indudable interés geológico como algunos de los pliegues visibles y el Peñón de Bernal que es la solificación de la lava de un cono volcánico. El área es de singular interés geológico y ecológico por cuanto mantiene una variedad vegetal y animal.

De carácter singular hay que recalcar la fuente del Pecho y el Cortijo del Tartel que se encuentran en la misma zona y que aportan una entidad de primer grado. La fuente es singular por brotar a una altura próxima a los 800 m y ser capaz de filtrar humedad aguas abajo hasta formar masas de vegetación hidrófila en los barrancos próximos y que en el que está próximo al cortijo del Tartel, incluye la presencia de chopos y nogales.

El cortijo es asimismo, un foco de interés por cuanto es la mayor estructura urbana de toda la montaña y ubica restos de actividades como la agrícola, la ganadera y la minera. Sin duda, el conjunto que forma la zona del Peñón de Bernal y del Tartel es el paraje de mayor calidad ambiental del municipio. Cuenta con una amplia zona de arbolado silvestre, de especies repobladas y una vegetación arbustiva bien asentada.

Los diversos cultivos de secano (algarrobo, almendro y olivo) en gran parte abandonados, configuran un paisaje abancalado, que retrasa los procesos de erosión. Altamente degradado por la erosión y el abandono, su vegetación predominante es la de matorral y plantas pioneras. Escasas áreas conservan vegetación arbórea, mayoritariamente de pino carrasco. Muy pocos ejemplares de carrasca y alcornoque. Cada vez se encuentra más invadido por la agricultura de regadío.

La Planicie

Se trata de áreas, con mayor o menor valor ambiental, cuyo interés estriba en su potencial utilidad como área natural próxima al casco urbano.

Ramblas y barrancos

En el término municipal se encuentran localizados no menos de treinta barrancos de diversa entidad que conforman la zona de recogida pluvial en la zona montañosa norte que se canaliza a través de cinco ramblas de mayor entidad que conforman un eje hídrico norte sur de interés especial.

La Rambla de Carcauz discurre por la zona más occidental proveniente del Término municipal de Felix e internándose en el de La mojonera al poco de acceder a la parte llana. En su recorrido por la zona de Casablanca, presenta un cauce imponente que sirve de acceso de vehículos vertiente arriba.

En las laderas de esta rambla a la altura del Cortijo de Casablanca, se encuentran dos canteras de tierra que han provocado desmontes de una amplitud tal como para hacer desaparecer entre 30 y 60 hm3 de terreno en cada una de ellas.

La Rambla del Cañuelo tiene una longitud aproximada de 8.000 m y recoge el agua de las vertientes cercanas a la zona del cortijo Casa Blanca y del monte del cuerno de toro y ensanchando su cauce en la zona de cruce con la carretera nacional 330 a la altura de la zona conocida como El Cosario. El cauce sigue hacia el mar por el oeste del término municipal acercándose hasta Los Llanos de Vícar, último núcleo urbano perteneciente al municipio.

La Rambla del Aljibe sigue una disposición paralela hacia el Este y aunque tiene una longitud menor, 6.700 m, presenta una mayor superficie de recogida de pluviales y además de la zona montañosa que pertenece en su práctica totalidad al municipio.

Aparece como un cauce único alrededor de se confluencia con la Autovía y va ensanchando su cauce de forma que pasado la confluencia con la Nacional 330 a la altura mas occidental de la Puebla de Vícar alcanza una anchura de unos cien metros y se bifurca dejando en medio, el núcleo de El Congo.

La Rambla de Vícar es la de mayor longitud, 10.500 m, y la de mayor entidad por cuanto discurre por el valle en el que se asienta el núcleo urbano original conformando uno de los espacios geográficos más singulares del término municipal además de recorrer de forma paralela a las tres anteriores en el sentido noroeste-sureste y atravesando la zona central de la Puebla de Vícar hacia la zona de las salinas de Roquetas de Mar.

La quinta rambla es la más oriental y recoge las aguas de la zona montañosa próximas a La Envía discurriendo en dos ramales paralelos una vez atraviesa la Autovía a la altura del núcleo urbano de Nuevo Vícar. Esta rambla es la de menor longitud, 6.100 m, pero la que atraviesa una mayor densidad de zona urbana de nueva creación como es la de Las Cabañuelas en la parte norte de la carretera nacional 340 y el Barrio Archilla, al sur de esta misma carretera.

Actualmente en avanzado estado de deterioro por cuanto los cauces se invaden, se usan como fuente de áridos o de almacenamiento ilegal de residuos agrícolas. Las laderas y zonas próximas de influencia han desaparecido y transformadas en invernadero o uso industrial.

Como excepción notable se encuentra la parte alta de la rambla de Vícar en el tramo que va desde su comienzo hasta la entrada a la zona urbana, con el único curso permanente de agua y una zona húmeda estable.

Del mismo modo, cabe destacar las Zonas Agrícolas de Interés Natural:

Todas aquellas fincas de secano con cultivos como los algarrobos, olivos o almendros, tienen un interés natural, ya que no son tan agresivas con el medio ambiente como los cultivos de invernadero, dado la menor intensidad de explotación que presentan. Además, mediante la conservación de los abancalamientos se consigue frenar los procesos de erosión.

La mayor parte de los cultivos de secano del término está en recesión o abandono, representando una superficie de cultivo inferior a la de regadío. Además, debe señalarse que estas áreas representan unos valores culturales y patrimoniales, que corren el riesgo de perderse, con las dificultades que entrañaría su posterior recuperación y afectando a la diversidad en su aspecto cultural y ecológico.

Una singularidad tanto en el municipio como en toda la zona, lo constituye el valle de Vícar que aunque mantiene una agricultura de regadío, lo hace en su mayoría por medios tradicionales y cultivando especies frutales que tienen un ciclo más largo y menos intensivo que el de las hortalizas.

La llamada Vega de Vícar tuvo un interés económico esencial hasta mediados del siglo pasado y ha sido capaz de preservar la identidad de una comunidad agrícola aun en épocas de transformación hacia un modelo más agresivo y especulativo como es el de la agricultura intensiva. Esa capacidad se basa en una diversidad y en una productividad que, en la época de la visión del desarrollo sostenible, aportan dos elementos sustanciales para considerar esta zona como de elevado interés natural.

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